lunes, 24 de febrero de 2014

La pulga

Fíjate en esta pulga, mírala
y advierte el nimio obsequio que me niegas;
chupó primero en mí, después en ti
y en su cuerpo se juntan nuestras sangres.
Acéptalo no puede ser pecado
ni deshonra ni pérdida de virgo
pues antes del cortejo ella ya goza
y engorda con la mezcla de las sangres
(que es algo más de lo que hacemos juntos).

Perdona las tres vidas de la pulga
en donde más que en matrimonio estamos.
Esta pulga es tú y yo, también el lecho
de nuestra boda y templo de esponsales:
pese a ti y a tus padres nos unimos
entre estos vivos muros de azabache.
Sé que vas a matarla, mas no añadas
a este crimen suicidio y sacrilegio,
tres pecados por una muerte triple.

Cruel y apresurada, ¿por qué tiñes
tu uña en esa sangre de inocencia?
¿De qué pudo esta pulga ser culpable
salvo de haber chupado una gotita?
Sin embargo, tú triunfas, y me dices
que no estamos más débiles ahora.
Aprende entonces que tu miedo es falso.
Tanto honor perderás si te me entregas
como vida esta pulga te ha quitado.

De John Donne

No hay comentarios:

Publicar un comentario